lunes, 2 de diciembre de 2019

Este rock millennial también protesta: canciones de crítica social y política made in Perú
Desde la movida subterránea de los años 80, el rock peruano se relaciona estrecha y explícitamente con la realidad social del país. En los años 2000, el contexto ha cambiado. Pero cuando el rocanrol quiere, protesta y fuerte.
¿Quién cree que las bandas no deberían hablar de política en sus canciones, ni en sus conciertos? ¿Quién piensa que el rock es solo música, y no un espacio de libre expresión?
En la movida del rock subterráneo de los años 80, casi no había banda que no hablara sobre el contexto de violencia política, terrorismo y represión que se sufría en el Perú de entonces. En la escena independiente de los años 2000, el contexto es distinto, hay otros problemas de los cuales hablar. Las bandas han diversificado sus repertorios con temas de amor, pero sin dejar espacio para la crítica, cuando así se lo quieren.

El amor es el mono-tema de la escena comercial, esa que cree que la música es solo para entretener. La escena independiente es distinta, porque precisamente aquí no cabe la censura para ningún tipo de temas. Se pueden encontrar canciones de amor como canciones de crítica social y política, conviviendo en un mismo disco o en un mismo concierto. Sin restricción alguna.
Los últimos hechos ocurridos en el país han hecho mucho más visible la posición de la escena independiente contra el indulto a Alberto Fujimori, ex presidente del Perú condenado por graves delitos de corrupción, de restricción de las libertades de expresión, y de violación de derechos humanos. 
El rock nunca pretendió ser vanguardia: el rock es protesta, es denuncia, es inconformismo, es comunicación… el rock nunca pretendió tener éxito. Mientras haya motivos para ser inconforme, mientras haya a quién ridiculizar, mientras haya injusticia, mientras haya fregadera, mientras haya que decir algo, el rock existirá, porque, si no, ¿a través de qué música este desengaño se va a manifestar? Quizás haya otros estilos, pero ninguno tiene la onda y la energía callejera del rock'n'roll. Quizás la cumbia, la trova y otros géneros protesten, pero lo hacen desde una actitud rock'n'roll.
Es decir, más que música, el rock es una actitud. El rock es una música ciento por ciento rebelde y contestataria, que nace, crece y se reproduce en la calle; puedes ejecutarlo con una guitarra o con una orquesta sinfónica, pero lo importante es que te diga algo… el rock no está hecho para vender desodorantes ni para ser vanguardia, sino para expresar lo que nace de las tripas.
El rock pretende no ser arte, pretende ser una música del alma que comunica el sentir de la gente, y recién allí, cuando logra este objetivo, se puede convertir en arte.

Algunos ejemplos de la música hecha protesta en el rock.
Caifanes – Aquí no pasa nada
Molotov–Hit Me
SYSTEM OF A DOWN - B.Y.O.B
RAGE AGAINST THE MACHINE - Killing In The Name
THE ROLLING STONES - Street Fighting Man
 PINK FLOYD - Another Brick In The Wall